Nació en Zaragoza y tiene más de cincuenta títulos publicados. Tiene un perfil secreto en Facebook, cuenta secreta en Twitter y dos blogs igualmente secretos.
De pequeña, Begoña Oro quería ser famosa. La hermana Marín le preguntó: <<¿Y escritora? ¿No quieres ser escritora?>>. Y ella contestó: <<No, famosa>>.
Cuandio dio su primer concierto, con 6 años, pensó en hacerse pianista. Luego quiso ser esquiadora, directora de orquesta, corredora de bolsa, publicista, pensadora, periodista y embajadora.

Cuando descubrió que había una profesión en la que pagaban por hacer lo que más le gustaba -leer-, quiso ser eso: editora. Y estudió la especialidad de Literatura de Humanidades y un curso de postgrado en Edición.
Durante años trabajó en el mundo editorial, en Barcelona y en Madrid. Al final, descubrió que lo que quería era ser madre y contar sus propias historias.
Aun así, no ha abandonado del todo sus antiguas vocaciones: toca el piano de vez en cuando, va a la montaña siempre que puede, hace mil cosas a la vez, corre con las bolsas de la compra, elabora materiales de marketing, piensa -piensa mucho-, es muy diplomática en las reuniones de la Junta de la AECC de la que forma parte, lee -lee mucho-, edita y traduce libros para niños....
Siente verdadera pasión por la educación, la lectura, los niños en general y su hijo en particular.
Actualmente, lo penúltimo que desearía ser es famosa (lo último, corredora de Bolsa).
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